miércoles, 29 de julio de 2015

Democratización digital entre la alfabetización y la brecha digital



Todos estamos de acuerdo que hay un nuevo paradigma comunicacional y educativo en este siglo XXI, pero ¿estamos todos preparados?, ¿estamos todos en el mismo camino, y nivel de avances en el uso de la tecnología?, ¿cómo juega la obsolescencia programada?, ¿cómo juegan los docentes, alumnos, padres, personas comunes ante este cambio que avanza por momentos descontrolado? 

A mi juicio, las nuevas formas de aprendizaje con las Nuevas Tecnologías deben ayudar a desentrañar, dilucidar algunas de las variables imprescindibles de enlaces del mundo actual con el aprendizaje educativo para sobrevivir como humanos pensantes que somos; porque el mundo está cada vez despersonalizado por darle más valor a las herramientas tecnologías que a la propia humanidad y se está perdiendo uno de los valores fundamental de la educación, la socialización primaria, el contacto con el otro.

Desde la Revolución del Neolítico hace más de 10.000 años hasta revolución en la nanotecnología hemos visto los cambios que se han logrado pero también vemos los des favorecimientos que se han logrado con este tipo de revoluciones, recordemos algunos ejemplos: coste de adaptación, la edad, las costumbres, la resistencia al cambio e incluso los miedos ante ella que se suelen ser un problema. Siempre en estos cambios esta la bisagra generacional. Se necesita de predisposición para aprender pero esta predisposición tiene que ser adaptada a los tiempos y a las herramientas que poseemos. 

La llegada de estos nuevos conocimientos y herramientas en el aprendizaje tienen que ser integrada y es acá donde se tiene hacerse presente el docente, el enseña, guía, interactúa en cuáles serán las ventajas y las desventajas de usar estas nuevas herramientas para hacer del aprendizaje más entretenido y a la vez un conocimiento significativo, científico, cooperativo y colaborativo.

Pero me pregunto ¿no se estará forjando una nueva forma de analfabetismo educativo? ¿No se está fragmentando el aprendizaje y por consiguiente el conocimiento, generando un nuevo tipo de analfabetismo “el tecnológico”?

Recordemos que no es la tecnología por la tecnología misma lo que se aprende en la escuela, ella es una herramienta no un fin en sí mismo, la democratización tecnológica debe ser para todos.

La alfabetización digital abarca muchas cosas, tanto la forma de utilizar el hardware y el software, como el desarrollar habilidades cognitivas, sociales para luego habituarse al ambiente digital, prevenir abusos y clasificar la información que se requiera. Esas tareas no son sencillas, el buscador Google por ejemplo no es la Biblia del Siglo XXI, en esta herramienta está lo que nos es útil y lo que no, es un cúmulo desordenado, anárquico de información que está ahí, rápido, ya, ahora.

Con la llegada de las Nuevas Tecnologías al aula se estimula un cambio en el tipo de estrategia en los alumnos, con ello llega la desaparición de observadores pasivos y receptores repetitivos, superando los tradicionales hábitos de memorización utilitaria. A todo esto se le suma un componente que corre a niveles supersónicos, la brecha digital que se refiere exclusivamente a la tecnología cibernética. Por ende la brecha digital en países como Argentina que sufre hoy un atraso tecnológico puede causar analfabetismo digital.

La Brecha Digital, en inglés Digital Divide, aparece cuando las desigualdades sociales surgen a medida que se desarrolla el uso de las Tecnologías digitales como la computadora, la navegación por Internet, las nuevas herramientas que aparece día a día en el ciber espacio, ect.

El uso de las tecnologías en el aula incrementa la motivación de los alumnos, lo estamos viendo día a día, en nuestros salones. Pero además permite acceder a información proveniente de fuentes diversas de alta actualidad, un aprendizaje activo, inclusivo y social.

Los países menos desarrollados, con menos capacidad de popularizar el uso de las tecnologías en la escuela pierden el tren, muchas veces ni siquiera van en el vagón de cola. Este concepto sugiere la existencia de una nueva problemática, distinta de aquella que se refería a la incapacidad de las personas para leer o escribir. Surgen hoy los nuevos analfabetos funcionales digitales.

El analfabetismo digital es otra manifestación particularmente grave de la exclusión social en los países menos desarrollados, dado que acentúa la brecha intergeneracional y de conocimiento, evitando que los más jóvenes se beneficien de la experiencia y la sabiduría de las generaciones que les precedieron. 

En otros países a todo esto sumémosle la carencia del concepto de trabajo colaborativo o cooperativo y esto se da en educación en muchos docentes que son de este siglo pero con mentalidad del Siglo XX. Por lo tanto, se está fragmentando el conocimiento.

Quiero una educación que enseñe a pensar, a tener ideas propias y no una educación que nos domestique como animales, porque querer enseñar, es creer en la educabilidad del otro, es ayudar a construir la educación con otros respetando las necesidades, intereses y derechos de toda la comunidad educativa para logar así tener un conocimiento democrático.

La innovación educativa es un rompecabezas de aprendizajes, cada pieza representa una meta para mejorar nuestro mundo.

INED 21

ABELLA, A.; SEGOVIA, M.A. (2004) Libro Blanco del Software Libre en España (II).
BALLESTERO, F. 2002. La Brecha Digital: El Riesgo de Exclusión en la Sociedad de la Información. Madrid. Fundación Retevisión. ISBN: 9788493154295
GUTIÉREZ MARTÍN, A. 2003. Alfabetización Digital. Algo más que ratones y teclas. Barcelona. Gedisa. ISBN: 84-7432-877-2

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